¿Para qué me sirve el trinomio cuadrado perfecto en mi día a día?

¿Alguna vez te has preguntado para qué te sirvió que en la escuela te enseñaran el trinomio cuadrado perfecto? Si no estudiaste alguna ingeniería ni te dedicas a modelar fenómenos astronómicos, su uso tal vez no te resulte evidente; sin embargo, su aplicación es muy extensa en otras áreas. A continuación, te damos algunos ejemplos.

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Recordemos qué es

Antes de explorar algunos de sus usos, sería útil recordar en qué consiste.

El trinomio cuadrado perfecto, o TCP, es una expresión algebraica que nos ayuda a resolver ecuaciones y simplificar cálculos que, de otra forma, se volverían complejos.

Tiene la forma a² + 2ab + b² y se llama así porque es el resultado de elevar al cuadrado la suma de los términos a y b. En otras palabras, su forma factorizada se escribe como (a+b)²

También está estrechamente relacionado con las ecuaciones cuadráticas, aquellas que toman la forma ax² + bx + c= 0 y que, entre otras formas, se resuelven utilizando la fórmula cuadrática, la cual suele ser conocida por otros nombres más coloquiales.

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Por ejemplo, en México es conocida como “la chicharronera”, ya que, de acuerdo con la leyenda urbana, fue un vendedor de chicharrones -trozos de piel de cerdo fritos que se acompañan con limón y salsa picante- quien le recordó el nombre y la fórmula a dos profesores que conversaban a su lado.

Tras esta breve visita a nuestras matemáticas de secundaria y preparatoria, veamos algunos casos en los que se aplica el TCP.

¿En dónde se utiliza?

Podemos imaginar que el trinomio cuadrado perfecto tiene aplicaciones en temas de estadística, ingeniería y una diversidad de fenómenos físicos, desde algo sencillo como un tiro parabólico, hasta problemas complejos de termodinámica.

No obstante, sus aplicaciones abundan en un sinnúmero de actividades que ocurren a nuestro alrededor. A continuación, te platicamos de cinco áreas en las que los puedes descubrir:

Arquitectura y construcción

Este es un sector en el que encontramos una cantidad considerable de usos del TCP y que, además, toca otras disciplinas. Más allá de aspectos obvios como el cálculo de áreas y volúmenes al momento de diseñar estructuras y sus espacios interiores correspondientes, se utiliza en la optimización del uso de energía -ya sea en lo referente a la iluminación, o bien, a los sistemas de calefacción o aire acondicionado-, en la determinación de la acústica, y en la elección del uso de distintos materiales para las superficies de estos espacios.

Sólo con ver unos momentos a tu alrededor mientras lees estas palabras, encontrarás ejemplos en los que se utilizaron estas expresiones algebraicas.

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Economía y finanzas

Los fundamentos del TCP, usados en estas disciplinas en problemas de optimización para encontrar valores máximos y mínimos, tienen una aplicación directa en el planteamiento de estudios de oferta y demanda, en análisis de costos y beneficios, o en modelos generales de crecimiento económico.

Esto permite que se obtengan mejores modelos financieros para describir y optimizar la situación económica de personas y naciones.

Medicina

Las aplicaciones en esta disciplina son tan variadas como las especialidades y subespecialidades que la componen, como modelos para determinar el crecimiento de tumores, análisis del desarrollo de poblaciones de virus y bacterias, modelos de distribución y absorción de medicamentos en el organismo o para diseñar nuevos protocolos de investigación, entre muchas otras.

Aunque la importancia de las matemáticas en medicina no siempre resulta evidente a primera vista, muchos aspectos del cuidado de nuestra salud han mejorado gracias a herramientas matemáticas como el TCP.

Agricultura

Aquí encontramos algunos de los ejemplos más prácticos del uso del TCP ya que permite calcular, por un lado, áreas de terreno para maximizar la eficiencia de la siembra y cosecha de cultivos y, por el otro, en el diseño de sistemas de riego automático que permitan asegurar una distribución uniforme de agua en los cultivos.

Pero como no toda la gente está cerca de lo ocurre en los campos de nuestro país, podemos recordar que estos mismos conceptos se utilizan en el diseño de jardines, parques y otros espacios urbanos que sí podemos aprovechar con mayor frecuencia.

Juegos

Muchos juegos de cartas y dados, entre otros, utilizan principios matemáticos vinculados al TCP, por lo cual su entendimiento nos ayuda a prever resultados que serían la diferencia entre ganar y perder.

Y esto no sólo ocurre en estos juegos de azar. El uso de conceptos matemáticos vinculados al que ahora nos atañe se extiende a otras categorías lúdicas, como los juegos de mesa, los juegos de rol y los videojuegos.

¿Y si yo no hago nada de eso?

Aunque los ejemplos ofrecidos anteriormente son sólo una pequeña muestra de las disciplinas en las que usamos el TCP, existe otro motivo por el cual vale la pena recordarlo y, en la medida de lo posible, tenerlo presente en nuestras actividades cotidianas.

El entendimiento teórico de las matemáticas ofrece una gran cantidad de beneficios a nivel cognitivo que permean a prácticamente cualquier otra actividad humana en la que pudiéramos participar. Sólo por mencionar unas pocas, ayudan a desarrollar diferentes tipos de pensamiento -lógico, abstracto, inductivo, deductivo o crítico-, estimulan la memoria, la concentración y la creatividad, y nos ayudan a resolver problemas desde una perspectiva práctica. 

Es decir, cuando nos topamos con un problema, las herramientas obtenidas a partir del estudio de las matemáticas nos ayudan a entender qué es lo que está pasando, cuáles son diferentes formas de afrontarlo, decidir cuál es la que nos dará un mejor resultado y llevarla a cabo de manera a resolverlo.

Curiosamente, algo muy similar ocurre cuando aprendemos a programar, aunque ese es un tema muy extenso que dejaremos para otro momento.

Así es que ya lo sabes, si el trinomio cuadrado perfecto no forma parte de tu cotidianidad, sacude tu memoria, recuerda cómo se utiliza y busca ejemplos prácticos que se apliquen a tu día a día. Como mínimo, tu cerebro te lo agradecerá.