Error, fracaso y el poder del todavía

¿Qué repercusión tienen en nosotros los errores que cometemos al trabajar en un proyecto, buscar un logro o al tratar de alcanzar una meta? Error, fracaso y el poder del todavía, analiza por qué para muchos cometer errores o equivocarse frente a otros es una de las peores cosas que puede sucederles.

Esta situación se magnifica en los niños, pues sienten que los errores los dejan en evidencia ante sus compañeros y son mal vistos por sus profesores, lo que provoca sentimientos de fracaso y desmotivación. Equivocadamente, aprendemos que el error es algo no deseable.

Pero equivocarnos no tiene nada de malo, en realidad, es una ventaja, ya que los errores no son una mala respuesta, sino que se convierten en una valiosa fuente de información y aprendizaje. Para aprender de nuestras fallas, primero debemos cometerlas, y al analizar la información que nos aportan, al corregirlas y superarlas, mejoramos la motivación y la autoestima tanto en los adultos como en los estudiantes.

Muchos piensan que las personas exitosas nunca cometieron errores, pero están equivocados. Gracias a los errores que cometimos en ocasiones anteriores obtenemos valiosos aprendizajes. Entonces, equivocarse resulta enriquecedor, pues se aprende mucho del fracaso.

A pesar de ello, tenemos una configuración mental (Mindset) para la cual los errores representan un fracaso, lo que implica una connotación completamente negativa, algo que todos queremos evitar, como si el error y el fracaso fueran el final del camino, a pesar de que podemos entenderlos como algo normal y útil para persistir en la tarea y alcanzar la meta que tenemos en mente.

¿Cómo podemos reconfigurar ese mindset para usar los errores a nuestro favor?

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La psicóloga Carol Dweck, de la Universidad de Stanford, desarrolló las nociones de Mindset Fijo y Mindset de Crecimiento para referirse a dos formas distintas de percibir nuestros talentos y habilidades.

Las personas con un Mindset Fijo piensan en sus capacidades como condiciones innatas sobre las que tienen poco que hacer. Creen que las áreas en las que destacan se limitan a un ámbito específico y no se sienten capaces de mejorar en aquello para lo que no se consideran “naturalmente” buenos.

Además, suelen enfocarse en los resultados y en el desempeño, lo que hace que no acepten los desafíos que sobrepasan su habilidad actual, y se limiten a “hacer lo que hacen bien”.

Por su parte, las personas con un Mindset de Crecimiento creen que las habilidades se construyen y mejoran con trabajo, tiempo y asesoría, y que los límites como el “talento natural” en realidad no existen.
En lugar de concentrarse en los resultados, se enfocan en el proceso y en el aprendizaje, y esto les da una ventaja al enfrentar problemas y desafíos ya que, en lugar de evitarlos, suelen sentirse estimulados por ellos.
Para el Mindset Fijo los errores y los fracasos generan desmotivación y frenan, por lo que son evitados como si fueran un punto muerto. En cambio, el Mindset de Crecimiento, los recibe como una fuente de información y un paso natural en el proceso de aprendizaje.

Dweck explica este tipo de procesos a través de la noción del Poder del Todavía, y esta aproximación es la clave, pues se refiere al momento en que no somos capaces de alcanzar una meta todavía, pero estamos en camino de hacerlo; el camino que va del error, fracaso y el poder del todavía, al logro de nuestra meta.