Desarrollar habilidades con Design Thinking

Las escuelas del siglo XXI basan su oferta educativa en la innovación. Así, la creatividad, la imaginación, la tecnología y el trabajo colaborativo son la base de las actividades académicas, desde los alumnos hasta los directivos.

Por eso, las instituciones con cultura de la innovación fomentan la mejora continua, para que los estudiantes se sientan libres de cuestionar cómo funciona su entorno y proponer soluciones para transformar y mejorar su realidad y esto puede ser posible aplicando la metodología del Design Thinking (Pensamiento de diseño) en los programas académicos.

Al alimentar y desarrollar su pensamiento crítico, los alumnos aumentan también su confianza e imaginación.

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¿Qué es el Design Thinking?

Se trata de una metodología que desarrolla nuestra capacidad creativa para poder generar propuestas innovadoras que resuelvan problemas.

El pensamiento creativo se puede llevar al aula gracias al Design Thinking y así lograr:

  • Aplicar la empatía
  • Conectar con el entorno a través de una nueva mirada
  • Liberar la imaginación
  • Explorar nuevos universos de ideas y realidades innovadoras
  • Trabajar en equipos creativos
Fases del Design Thinking
  • Empatizar: detectar una problemática y definir el reto del problema.
  • Definir: extraer y analizar información sobre ese problema.
  • Idear: generar nuevas ideas que solucionen de manera innovadora esa problemática.
  • Prototipar: diseñar prototipos que prueben las posibles soluciones, así como explicar su funcionamiento y su impacto positivo respecto al problema.
  • Probar: etapa en la que los usuarios podrán interactuar con el prototipo, tras lo que será posible obtener retroalimentación para evaluarlo, mejorarlo, perfeccionarlo e, incluso, introducirlo al mercado.

Si parece que una idea no es viable, se vuelve a los pasos anteriores para mejorar la ejecución de cada fase.

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Aplicación en la educación

En el ámbito educativo, el Design Thinking es una metodología que se utiliza para que los estudiantes descubran soluciones a problemas de su entorno usando su creatividad y aplicándola en proyectos interdisciplinarios.

La creatividad es pieza clave del Design Thinking en el proceso de aprendizaje de niños y jóvenes, pues ayuda a transformar la realidad, a resolver problemas y a generar soluciones.

¿Dónde se aplica?

Puede emplearse prácticamente en cualquier sector, público o privado, digital o analógico, pues en general sirve para resolver problemas de forma creativa e innovadora. Así que su metodología se usa para emprender, diseñar, desarrollar/mejorar productos o servicios.

En un mundo lleno de constantes cambios, ¡necesitamos desarrollar en los niños y jóvenes las habilidades pertinentes para crear y disfrutar de un mundo mejor!