La tecnología asistencial es empatía y apoyo
Los estudiantes con problemas de aprendizaje suelen tener facilidad para el manejo de herramientas tecnológicas aplicadas a la educación. Para aquellos con discapacidades físicas, la tecnología para la inclusión es clave en sus posibilidades de acceso a mayores oportunidades de aprendizaje. La tecnología asistencial es empatía y apoyo.
Así lo advierten estudios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que destacan cómo la tecnología asistencial (TA) ayuda a los estudiantes a enfrentar varios tipos de discapacidad, como la motora, visual, auditiva, intelectual, el trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad, el autismo y otras alteraciones en el desarrollo.
El concepto de tecnología asistencial abarca toda la infraestructura (equipos, dispositivos, instrumentos o programas) utilizados para incrementar, mantener o mejorar la calidad de vida y la autonomía de las personas con algún tipo de discapacidad.
La TA se enfoca en actividades de lectura, escritura, realización de cálculos y diferentes aspectos en los que dicha infraestructura ayuda a los estudiantes con necesidades especiales a desarrollarse dentro de la clase.
Los estudiantes con dificultades en la escuela dependen, en general y principalmente, de los padres, hermanos, amigos y maestros, quienes los ayudan con sus deberes. Al usar la TA, los niños, niñas y jóvenes pueden experimentar el alcance de sus metas trabajando de una manera independiente, lo que aumenta su confianza, fortalece su autoestima y ejercita su autosuficiencia.
La clave es identificar, personalizar y costear las opciones de aprendizaje de cada uno de los alumnos en esta circunstancia, para así brindarles con toda seguridad exactamente lo que necesitan. Dada la cantidad de opciones que existen, las escuelas pueden elegir lo que se adapte mejor a sus métodos de enseñanza.
Esta tecnología asistencial para la inclusión responde al índice de inclusión, publicado por la Unesco en el año 2000, con el fin de apoyar a las escuelas a desarrollar el aprendizaje y la participación en el proceso hacia una educación inclusiva.
En México, se decretó la Ley General para la Inclusión de las Personas con Discapacidad en 2011. Este enfoque de educación inclusiva tiene muchas aristas, y no tiene que ver solamente con permitir el acceso de los niños y niñas a las instituciones educativas mediante la aplicación de métodos, técnicas y materiales específicos, sino que va mucho más allá.
De lo que se trata es de conocer, empatizar, valorar, responsabilizarse, motivar y, sobre todo, respetar las ideas de estos estudiantes dentro del aula.
Pinion busca crear conciencia sobre este tema, pues una de las características fundamentales de nuestro programa es la sensibilización de los estudiantes a través de los proyectos.
Con ese objetivo, realizamos anualmente el Reto Pinion, una reunión donde los estudiantes de las diversas escuelas que imparten nuestro Modelo de innovación educativa participan en equipos que desarrollan proyectos específicos.
En 2019, el Reto consistió en que los estudiantes diseñaran un proyecto tecnológico de apoyo a personas con alguna discapacidad. El resultado fue sorprendente y muy estimulante, pues los niños, niñas y jóvenes de primaria alta y secundaria crearon una mano robótica como prótesis, un traductor de sonidos para un compañero con parálisis cerebral y un teclado de apoyo a personas con debilidad visual, entre otros proyectos que reflejan su empatía y su voluntad de apoyo a este sector de la población.
Aquí puedes ver un video sobre el Reto Pinion 2019, una muestra de cómo la Tecnología Asistencial es empatía y apoyo: