Programación para construir un mundo nuevo
Urgen más programadores, pues sólo 0.3% de la población ha diseñado el mundo digital.
Hay cosas que damos por hechas y vemos normales dentro del mundo digital, pues parece que todo eso existe por el sólo hecho de estar ahí; sin embargo, en esa vida virtual todo tiene una materia prima que ha servido para construir lo inimaginable, una programación para construir un mundo nuevo.
El símil más exacto es nuestro mundo real, donde toda la materia existente está compuesta de átomos, partículas indivisibles de cuya unión se forman las moléculas, y éstas, a su vez, forman células (en el caso de los seres vivos), de donde surge todo organismo, desde una bacteria unicelular hasta el propio ser humano.
En el mundo digital ocurre lo mismo; su unidad mínima son los bits (código binario de 1 y 0), que se agrupan a su vez en bytes, megas, etcétera, y que son la materia prima para todo lo que encontramos en el mundo digital: imágenes, multimedia, textos, así como las funciones para que esta información sea dinámica.
Quizá somos conscientes de cómo el mundo digital y su representación en la virtualidad está cambiando nuestra vida, de cómo ha cambiado nuestra forma de trabajar, estudiar, comerciar, transportarnos o comer, hasta cómo ha modificado ámbitos que van de lo cultural a lo económico y de lo político a lo social, la salud, la manera de relacionarnos con otros o nuestra propia manera de ver el mundo.
De lo que muchas veces no somos conscientes es que este nuevo mundo tiene menos de 50 años y se ha desarrollado, de manera exponencial, gracias a la forma en que pudimos comunicarnos con las máquinas. Ellas nos han ayudado a almacenar, gestionar y crear cada rincón de este mundo digital.
Pero es necesario también destacar que todo surgió por el ingenio y la creatividad humana. Todo lo que se usa en una computadora fue creado por un ser humano, y así estamos construyendo un nuevo mundo gracias a la programación.
Para construir, comunicarnos y estar presentes en este mundo digital, ha sido necesaria la conformación de lenguajes lógicos. Ellos determinan una serie predecible de eventos y/o hechos condicionales a través de una fórmula conocida como algoritmo. Puede haber muchos de ellos para resolver el mismo problema, el reto es encontrar el más eficiente y sencillo.
Las máquinas siguen las instrucciones que generemos y ese simple hecho conlleva una gran responsabilidad ética y moral, por decir lo menos, pues por errores, omisiones o simplemente por no contemplar todas las variables de un entorno y las necesidades reales de los usuarios, muchas veces sus implicaciones han afectado, voluntaria o involuntariamente, la vida de muchas personas.
Estas instrucciones afectan, entre muchas cosas importantes, el uso de marcapasos, servicios de geolocalización y redes de emergencia, la investigación genética y bioquímica, los implantes médicos, la sustentabilidad de recursos, la confiabilidad de los medios de comunicación, la protección ambiental y la administración pública.
De ahí la importancia fundamental que adquiere el uso y desarrollo del sistema de instrucciones y lógica que seguirán las máquinas: su código de programación, es decir, los bloques de construcción del mundo virtual.
Sorprende que toda esta responsabilidad y trabajo recaiga sólo en aproximadamente 0.3% de la población mundial, personas que saben usar los lenguajes de programación y están escribiendo y sentando las directrices y las bases de cómo funcionan las cosas en el inmenso mundo digital.
Por eso, es imperativo ampliar el sector de quienes están programando y escribiendo código, para que se incluya en su enseñanza la experiencia de un profesionista más plural que, además de las habilidades técnicas, pueda ser perceptivo y reconocer las descripciones correctas para resolver problemas particulares de un segmento de población, de una región, cultura o idiosincracia.
Para ello, desde los primeros años de formación, la enseñanza de la programación como un lenguaje es tan importante como la enseñanza de la lengua propia o de una segunda lengua. Este conocimiento abre las posibilidades de una comunicación más asertiva, en este caso, para construir soluciones a necesidades específicas, así como para aprender a pensar en la resolución de problemas con todas sus aristas y variables.
Cada día se hace más urgente este acercamiento a la programación, sobre todo con miras al siguiente nivel de desarrollo digital, que está dando paso al uso de la Inteligencia Artificial (IA), una forma total de abstracción donde la propia computadora aprende a tomar decisiones, ya no se limita sólo a seguir instrucciones (algoritmos de aprendizaje automatizado), sino a crear un nuevo espacio “inteligente y artificial” donde la máquina comienza a crear sus propias instrucciones.
Estamos construyendo un mundo nuevo con herramientas cada vez más intuitivas y que cada vez más personas utilizan. Para ayudar a que ese nuevo mundo sea mejor, es importante empezar a involucrar a más estudiantes en su construcción, a partir de la enseñanza de lenguajes de programación y entendiendo sobre todo que sus usos e implicaciones, positivas o negativas, van más allá de lo técnico y requieren habilidades sociales como creatividad, asertividad, inclusión, ética o sustentabilidad, por mencionar algunas.
En el momento en que más estudiantes, y sobre todo los sistemas educativos, se involucren en el desarrollo y uso del código de programación desde una edad temprana y con un enfoque social, podremos ver el nacimiento de una generación que puede convertirse en un factor importante de cambio en la dirección, no sólo del mundo digital, sino también del análogo, así como en sus repercusiones en todos los ámbitos del quehacer humano.
Con información de:
— Ser Digital. Nicolas Negroponte. 1996, Editorial Océano, Méx. 253 p.p.
— How Many Software Developers Are in the US and the World in 2019?
https://www.daxx.com/blog/development-trends/number-software-developers-world