La generación más poderosa de la historia
Nunca una generación en la faz de la Tierra había sido más poderosa…
Nuestro día a día está rodeado de tecnología que ha podido superar barreras que ninguna otra generación en la historia de la humanidad hubiera imaginado siquiera. Para empezar, nunca había existido una generación que pudiera tener todo el conocimiento del mundo al alcance de su mano ¡y en cuestión de segundos!, o que fuera capaz de comunicarse en tiempo real con alguien al otro lado del planeta o, incluso, que tuviera la capacidad de diseñar un objeto por medio de bits y que cualquier persona pudiera replicarlo de modo exacto en cualquier lugar. Además, ninguna generación previa tenía al alcance millones de datos para hacer desde sistemas de predicción globales, hasta eventos que pudieran manipular a un país entero.
Nos resulta tan cotidiano tener esas herramientas en nuestras manos, que posiblemente por eso hemos perdido nuestra capacidad de asombro.
La tecnología es hoy en día nuestra herramienta más poderosa como sociedad, puesto que con ella podemos resolver múltiples problemas o hacerla incluso el problema mismo. Sin embargo, no es en sí la tecnología lo que nos hará construirnos o destruirnos como sociedad, es la intención o la canalización que le damos a ésta, por ejemplo, con un lápiz podemos escribir el libro de poesía más hermoso de la historia o podemos sacarle los ojos a alguien, en ambos casos, el poder no está en el lápiz.
Por eso, es sumamente importante comenzar a tener consciencia de ello y canalizar el saber tecnológico hacia un bien común, sobre todo en las nuevas generaciones que son las que están en nuestras manos. Nuestra tecnología está avanzando mucho más rápido que nuestras legislaciones, haciendo que no exista una regulación adecuada para muchos desarrollos nuevos, pero antes de esto, debe existir una autocrítica al respecto de los desarrollos que realizamos, del pensar qué tanto benefician o afectan no sólo a tu área, sino a nivel global.
En algunos casos, por ejemplo, se ha escuchado de la “satanización” de la Inteligencia Artificial y de cómo podría incluso sustituirnos pero, por otro lado, con el uso de una herramienta tan poderosa como ésta, podemos tener capacidades de predicción de incendios forestales para prevenir que se destruyan millones de hectáreas de diversidad biológica; aunque, con la misma herramienta, podemos realizar sistemas de manipulación masivos para beneficiar a algún candidato en elecciones políticas. En ambos casos, la tecnología es la misma, pero la intención de su uso es distinta.
Debemos concientizar a nuestro alumnos del potencial y consecuencias que tiene la tecnología en sus vidas, realizar una continua reflexión de lo que nos conviene no sólo individualmente, sino como sociedad porque, finalmente, aspectos como el cambio climático nos conciernen a todos.
Podemos concluir que la tecnología no es un problema, ni tampoco una solución, simplemente es una herramienta para darle forma a nuestra ideas, esas ideas que pretenden transformar al mundo en algo mejor o en algo peor, pero eso sólo dependerá de ti, de mí, de nosotros y el poder de nuestras intenciones y nuestras ideas.