Estrategias de aprendizaje en el aula: ¿le damos la vuelta al libro?

Día con día encontramos los recursos de enseñanza y aprendizaje en versiones electrónicas que mucho difieren de los “antiguos” métodos de enseñanza. Darle la vuelta al libro… ¿se ha convertido en cosa del pasado?

Si nos remontamos a tiempos anteriores, sabemos que los libros siempre han existido como parte básica en la enseñanza de las nuevas generaciones. El desarrollo de diferentes técnicas y modelos de aprendizaje nunca dejó de lado los libros, aun cuando empezaron a reconocer el valor del aprendizaje constructivo, social y que permitiera, a su vez, transferir el conocimiento a otras situaciones.

Sin embargo, el siglo XXI y las nuevas tecnologías han cambiado la visión que teníamos de los libros. La información es mucho más amplia y, sobre todo, existe en tiempo real, cosa que no existía hace algunos años (¡aunque no lo crean!).

¿Cerrar los ojos? ¿Mantenernos en nuestra postura? ¿Negar la realidad? De entrada nuestra respuesta más práctica, pero sobre todo segura para mantener nuestro método de enseñanza infalible. Pero los jóvenes de ahora no son como los de antes: saben más, tienen acceso a una gran cantidad de información y una gran ventaja es que “nacieron” con la tecnología.

Estrategias de aprendizaje en el aul

Ya no es tan sencillo decirles que el libro es la base de nuestros conocimientos, puesto que Internet nos demuestra todo lo contrario.

Y es que en muchas universidades a nivel mundial, así como distintas organizaciones, emplean Internet como un medio para difundir investigaciones, mostrar conferencias, generar publicaciones periódicas, lo que hace que no podamos simplemente decir “no sirve” o “son falacias” la información que se publica en la web.

¿Por dónde empezar entonces? ¿Cómo cambiar? ¿Hacia dónde nos dirigimos? Hemos preparado este artículo con el objetivo de iniciar un nuevo camino que nos permita no sólo actualizar nuestra técnica, sino también acercarnos a un nuevo conocimiento para alcanzar nuevas metas y adquirir nuevas capacidades en nuestra labor docente.

Reconociendo los recursos

El paso inicial que debemos dar es acercarnos a conocer lo que existe en Internet, es decir, los recursos con los que contamos para poder iniciar. Probablemente todos sabemos que existen noticias, algunas de agencias internacionales, otras de periódicos reconocidos por su distribución nacional o internacional, o los nuevos periódicos virtuales que no cuentan con impresión en papel. También conocemos el sinfín de videos que existen en la red, muchos de ellos distribuidos a través de la plataforma de YouTube. Estamos al tanto de las redes sociales como Facebook, Twitter, WhatsApp, Instagram, Flickr o Pinterest.

Sin embargo, en la web existen otros recursos que podemos incorporar al aula para recuperar datos, conceptos y metodologías para los estudiantes. A continuación, mencionaremos algunos de ellos:

  • Infografía: podemos definirla de este modo: “info” = información y “grafía” representación gráfica. Es un documento que incorpora datos e imágenes en torno a un tema específico. Una de sus principales características es que simplifica la información y la combina con imágenes para hacerla más comprensible y atractiva. Se puede leer el documento como uno lo desee. La infografía es un medio que podemos ocupar para presentar un tema o desde otra perspectiva, para que los estudiantes generen una propia, activando capacidades de síntesis y creatividad para presentar el contenido.
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  • E-book: son libros y/o documentos digitales que pueden ser leídos a través de distintos dispositivos electrónicos como computadoras, tabletas, teléfonos inteligentes o dispositivos especiales para ello. Una característica importante es que podemos guardar una mayor cantidad de documentos en este formato, bajo una organización personalizada. Se incluye además la posibilidad de hacer marcas y de efectuar búsquedas.
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  • Podcast: son audios cortos que se transmiten a través de medios electrónicos. Abordan una temática muy específica. Sobre su duración, existen autores que señalan que puede durar hasta 25 o 35 minutos; sin embargo, la capacidad de atención por parte de grupos de una edad más corta, es más reducida. Para los jóvenes, un podcast debe durar menos de 10 minutos. Tienen un título y un contenido muy específico debido a su duración.
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  • Presentaciones digitales: algunos creerían que el uso de Power Point ha quedado en el pasado; no obstante, hoy en día las presentaciones siguen siendo muy útiles, siempre y cuando se integren elementos más interactivos, como abrir ventanas para explicar un tema o ir y venir a través de un menú principal. Para lograr esta interactividad, existen distintos programas gratuitos para generar la presentación y, posteriormente, permitir este tipo de navegaciones. Algunos de estos programas son Prezi o SlideShare.
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  • Videos tutoriales: sí, YouTube ofrece un sinfín de videos con distintas temáticas. Sin embargo, universidades a lo largo del mundo ofrecen también videos donde podemos encontrar conferencias, clases o presentaciones de académicos especializados en distintas temáticas ofreciendo una gran variedad de recursos. Contamos entonces con un amplio universo de información creada específicamente por expertos en cada materia.
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Eligiendo los recursos

Esta es la tarea más complicada dentro de todo el proceso. Cuando elegimos un recurso para incorporar al aula, es indispensable tener muy claro cuál es el objetivo de presentarlo y de qué manera favorecerá el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Analicemos paso a paso el proceso de elección:

  1. Identificar el recurso a utilizar: muy probablemente navegando en Internet encontraste una infografía, un video, una presentación o cualquier otro tipo de recurso que aborde la temática de tu clase. Esto corresponde al primer paso para elegir el recurso.

  2. Validar su utilidad: en este sentido, la evaluación se efectúa desde diferentes perspectivas:

    • La información que ofrece. El tema que explica el material puede ser el mismo que nosotros abordaremos en clase; sin embargo, debemos verificar que el contenido de dicho material se relacione con el de la clase. Por ejemplo: el tema es el impacto del cambio climático en la selva, y la infografía que encontramos explica el cambio climático en relación a cómo se identificó a nivel mundial y desde cuándo se ha empezado a estudiar. A pesar de hablar del mismo tema, la perspectiva desde la cual se aborda es totalmente ajena a nuestros contenidos curriculares. Por muy interesante que nos parezca, considera que está fuera de los objetivos del aula.

    • El lenguaje que utiliza. Nuestra clase estudiará los conceptos básicos de programación y hemos encontrado una excelente conferencia impartida por expertos, pero la conferencia está impartida para un grupo muy especial de personas: desarrolladores y académicos que trabajan en áreas de programación, mientras que nosotros vamos a iniciar con los conceptos más básicos y nuestros estudiantes apenas tienen 10 años. Seguramente la conferencia es excelente, pero los chicos no comprenderán la información que se les presenta.

    • La extensión o el tiempo de duración. El video tutorial para el uso de herramientas maker, por ejemplo moto-saw, deja muy claro cómo se utiliza pero sobre todo, hace demasiado hincapié en las medidas de seguridad. El único inconveniente es que el video dura 30 minutos y nuestra clase es de 45 minutos. La extensión del video es demasiada y nos dejará muy poco tiempo para abordar en el aula.

  3. Incorporarlo al aula. Encontramos un recurso y evaluamos su viabilidad para traerlo al aula. Seguramente tuviste que descartar otros antes de elegir el apropiado. Llegó el momento de llevarlo al aula; no obstante, volvemos al punto de no puede presentarse sin un objetivo. Contamos con una planeación didáctica de nuestras clases, donde existen tres momentos: inicio, desarrollo y cierre. Debemos valorar cuándo se incorporará este recurso, dependiendo de la propia función que tendrá.

    Al inicio de la clase: puede convertirse en un parteaguas para introducir a los estudiantes al tema que se abordará. Ofrecemos información básica sobre lo que se estudiará y podremos captar su atención.

    Durante la clase: pensemos nuevamente en el video largo de moto-saw y que encontramos otro que sólo dura 10 minutos, entonces, este último nos permitirá ofrecer una parte del contenido propio de la clase, pero de una forma más dinámica e interactiva para los estudiantes.

    En el cierre de la clase: para generar conclusiones o invitar a una reflexión de cierre, los recursos digitales nos pueden servir para recopilar la información que revisamos en clase y generar dichas conclusiones.

    Es importante evaluar claramente cuál será la función del recurso para saber en qué momento será más pertinente su inclusión. Como revisamos, no perdemos de vista nuestra propia planeación. Recuerda que los recursos no son los sustitutos de la clase, son una herramienta didáctica.

  4. Evaluar su función. Es importante que al finalizar la clase efectúes una evaluación de qué tan funcional fue la incorporación del recurso didáctico al aula.
    • ¿El recurso elegido fue adecuado para mis estudiantes?
    • ¿Abordaba la temática de mi clase?
    • ¿Incorporé el recurso en el momento adecuado?
    • ¿Mis estudiantes rescataron datos para su aprendizaje?

Estas sugerencias corresponden a principios básicos para iniciar con la introducción de recursos digitales al aula. Conforme trabajes con ellos, verás que será más simple elegirlos e identificar el mejor momento para utilizarlos.

Creando nuevos contenidos

No pierdas de vista que también puedes empezar a crear tus propios recursos de forma individual o con el apoyo de tus estudiantes. Requiere tiempo y planeación para lograrlo; sin embargo, estarías diseñando materiales específicos para ellos que, a su vez, cumplen al 100% con el contenido curricular. En Internet podrás encontrar diferentes ideas para crear tus propios contenidos.

Te invitamos a considerar estas estrategias para utilizar recursos digitales en el aula, éstas te permiten tener un objetivo específico del porqué los incorporarás y cuál será su función en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

¿Le damos la vuelta al libro? Sí, podemos darle la vuelta. La variedad de recursos con los que contamos ahora nos permite traer distintos materiales y datos al aula. No decimos que dejemos de lado los libros, sino que no perdamos de vista que la tecnología es parte de este mundo y que es de gran utilidad para la enseñanza y el aprendizaje de estas nuevas generaciones que están en nuestras manos.