Tecnología: una puerta a la inclusión
En Marzo del 2000, la UNESCO publicó el índice de inclusión para apoyar a las escuelas de todo el mundo para desarrollar el aprendizaje y participación en el proceso para avanzar hacia una educación inclusiva. En México, se decretó la Ley General para la Inclusión de las Personas con Discapacidad a partir del año 2011.
El enfoque de educación inclusiva contiene muchas aristas, y no tiene que ver solamente con permitir el acceso de los niños y niñas a las instituciones educativas regulares y privadas mediante la aplicación de métodos, técnicas y materiales específicos; sino de ir mucho más allá. Se trata de conocer, empatizar, valorar, responsabilizarse, motivar y, sobre todo, de respetar sus ideas dentro del aula.
Para fines de este artículo, nos enfocaremos en cómo la tecnología puede beneficiar a estos alumnos en su desarrollo.
De acuerdo con algunos estudios publicados por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OECD), los alumnos con ciertos problemas de aprendizaje, suelen tener más facilidad en el manejo de herramientas tecnológicas aplicadas a la educación, y en el caso de alumnos con discapacidades físicas, la tecnología puede llegar a ser clave para acceder a oportunidades de aprendizaje que antes les estaban vedadas.
Aquí entra la tecnología asistencial (TA), la cual se define como toda aquella infraestructura (llámese equipos, dispositivos, instrumentos o programas) que se utiliza para incrementar, mantener o mejorar la calidad de vida y la autonomía de las personas que tienen algún tipo de discapacidad. Este concepto abarca actividades de lectura, escritura, realización de cálculos y diferentes aspectos en los que dicha infraestructura ayuda a los estudiantes con necesidades especiales a desarrollarse dentro del aula.
La TA puede aumentar la confianza de un niño en sí mismo y en su sensación de independencia. Los niños con dificultades en la escuela, generalmente dependen demasiado de los padres, hermanos, amigos y maestros, quienes los ayudan con sus deberes. Al usar la TA, los niños pueden experimentar el éxito trabajando de manera independiente.
Los tipos de TA se pueden clasificar de muchas maneras; por ejemplo, por tipo de tecnología, por medios que utilizan, por costo, etc. Una de las clases más útiles es por tipo de discapacidad: motora, visual, auditiva, intelectual, trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad (TDAH), autismo y otros trastornos en el desarrollo; la clave aquí será identificar, personalizar y costear las opciones de aprendizaje de cada uno de nuestros alumnos, para así, con toda seguridad, brindarles exactamente lo que necesitan; además, dada la cantidad de opciones que existen, las escuelas pueden elegir lo que se adapte mejor a sus métodos de enseñanza.
Aquí es donde entra Pinion Education —que aunque no sea un programa que esté diseñado para este tipo de alumnos— al utilizar herramientas como tablets, robots, kits de construcción, entre otras, de alguna manera representa un factor de mejora e innovación en el aprendizaje; una de las características fundamentales del programa es la sensibilización del resto del alumnado a través de los proyectos, pues pretendemos crear conciencia sobre este tema, y creemos que estamos cooperando en minimizar paulatinamente las barreras que enfrentan nuestros niños al integrarse a una comunidad escolar, en la cual deseamos que les resulte sencillo conducirse de manera totalmente independiente.